domingo, 28 de febrero de 2016

Concepto de literatura infantil

Se entiende por literatura infantil la literatura dirigida hacia el lector infantil, más el conjunto de textos literarios que la sociedad ha considerado aptos para los más pequeños, pero que en origen se escribieron pensando en lectores adultos (por ejemplo Los viajes de GulliverLa isla del tesoroEl libro de la selva o Platero y yo). Podríamos definir entonces la literatura infantil (y juvenil) como aquella que también leen niños (y jóvenes).
En otro sentido del término, menos habitual, comprende también las piezas literarias escritas por los propios niños. Por otro lado, a veces se considera que el concepto incluye la literatura juvenil, escrita para o por los adolescentes; pero lo más correcto es denominar al conjunto literatura infantil y juvenil o abreviado LIJ.

Sobre la definición de literatura infantil

 En un principio, estudiosos como Juan Cervera, trataron de incluir en su definición el corpus que se estaba utilizando para la investigación en LIJ y así, concibieron la definición integradora, en la que se incluía prácticamente todo lo que en algún momento se podía haber llamado literatura: "En ella se integran todas las manifestaciones y actividades que tienen como base la palabra con finalidad artística o lúdica que interesen al niño, han preferido una definición que se ajustara a las características formales que presenta la LIJ. Pero los críticos aducen que las características formales no son inmutables y que lo que en una época se consideraba LIJ, puede no serlo en otra. Por otra parte, algunos rasgos como “sencillez” resultan difíciles de definir ya que una sencillez formal puede no corresponderse con una sencillez conceptual y viceversa.
 En el ámbito anglosajón, la obra emblemática de Jacqueline Rose ha tenido algunos seguidores ya que, en vez de la apreciación simplista de que la literatura no requiere apellidos, también añade la paradoja de que la LIJ se escribe para niños por adultos que imaginan estos niños que se configuran como constructos de los mismos adultos.
Xavier Mínguez realiza una síntesis de estas aportaciones y establece una definición basada en un triángulo en cuyo principal vértice estaría la literatura, en otro el lector modelo (el/la niño/a) y en otro la función educativa, principalmente, la función que ejerce la LIJ en la educación literaria de niños y jóvenes. Descarta las definiciones formalistas, las integradoras y, evidentemente, también la negación de su existencia.
Esta definición es más restrictiva ya que no incluye la literatura ganada, es decir, la literatura no dirigida inicialmente a los niños pero que tradicionalmente se ha considerado como tal. Tampoco incluye la literatura de base oral ya que tampoco era escrita necesariamente para un público infantil. Este autor incluye estas obras, junto con otras como los dibujos animados, dentro de los ámbitos de estudio de la literatura infantil.

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