1º Determinar el objetivo del cuento que se va contar.- ¿para qué quiero contar el cuento? según la edad e intereses del grupo oyente determinar si voy a contar el cuento para:
· Enseñar un contenido. Por ejemplo las vocales, un cuento para cada letra.
Educar en valores, normas de conducta.
Distraer o jugar. los cuento no neseariamente deben ser educativos. pueden ser para jugar o distraer.
2º buscar el cuento y los materiales para contarlo.- es importante leer el cuento previamente, las veces que sea necesario para establecer los cambios de voz, posibles palabras difíciles, uso correcto de signos de puntuación, etc.
Preparar los materiales que complementen el cuento, pueden ser: dibujos, cuadros, títeres, disfraces, muñecos, objetos, etc. Sin complicarnos mucho, la imaginación de los niños pone lo demás.
La educadora puede tambien caracterizarse de alguna manera, para que los niños se den cuenta de que se trata de un cuento y no de un tema de clase.
3º establecer un horario y un espacio en el aula para contar el cuento, utilizar una canción para introducir la hora del cuento.
4º establecer las normas antes de contar el cuento, por ejemplo: estar tranquilos escuchando el cuento, no interrumpir, levantar la mano para hablar, no molestar a otros niños, etc. No poner muchas normas, no olviden que la hora del cuento debe ser un momento ameno y divertido para ambas partes
Comenzamos a contar el cuento.
Si vamos a narrar o leer el cuento sentirnos libres de recrear la historia, el texto no es una camisa de fuerza, podemos cambiar términos, o incluso contextualizar la historia hacia los intereses y necesidades de los niños.
La fantasía es una mentira, las mejores obras literarias son mentira, hechos ficticios inventados por alguien, los niños de 4 a 6 años son especialmente fantasiosos, soñadores, creativos, los cuentos deben explotar éste potencial llevándolos a re-crear su realidad, jugar con hechos ilógicos. Como maestras es bueno ponernos a su nivel y entender que aún están comprendiendo el mundo que los rodea, una mesa ademas de ser mesa puede ser una casa, un barco, una cueva, una nave, o el interior de una ballena, la imaginación de los niños no tiene límites.
Escuchar cuentos debe llevarlos a imaginar mucho.
El tono de voz.-
Los cambios en el tono de voz al contar la historia darán matiz y dinamismo al relato, ayudarán al oyente a comprender mejor los diálogos y hechos, en ello esta el arte de ser una buena cuentacuentos se trata de “actuar” el cuento más que simplemente narrarlo.
Leer respetando los signos de puntuación.
Realizar una o varias leída previas distinguir dónde están las pausas, donde va el énfasis, a qué se refiere un signo de admiración ya que puede ser: sorpresa, enojo, miedo, alegría; de acuerdo al contexto.
Cambiar la voz para interpretar cada personaje
Los diálogos se entenderán mejor si cada personaje tienen la una voz característica, además de separar al narrador de los personajes.
Agregar sonidos
Los sonidos permiten imaginar mejor además de llamar la atención, no solo la onomatopeya de los animales, sino pisar, aplaudir, tocar una puerta, etc.
Cambiar el volumen de voz.
Subir y bajar el volumen de la voz llama la atención del oyente, cuando de pronto hablamos como en secreto, crea expectativa y curiosidad, y por el contrario de pronto subimos el volumen de la voz, quienes están distraídos despiertan y escuchan.
Exagerar las expresiones coherentemente
Un tono de voz monótono y lineal aburre a cualquiera, el tono de voz debe estar acompañado de la expresión del caso, si el personaje esta triste, usaremos un noto triste para interpretarlo, si por el contrario esta feliz lo diremos con alegría.
Lenguaje corporal
Ya sea que contemos el cuento sentados en una silla, en el suelo o de pie. El lenguaje corporal también debe acompañar la historia. En especial si esta es narrada.
En la expresión incluir todos los gestos de nuestra cara, y acompañar con las manos y la mímica con todo el cuerpo, sin sobreactuar siempre con naturalidad y soltura. Por ejemplo si una anciana dialoga con un niño cambiaré la voz para sonar vieja, encorvaré la postura. Y para interpretar al niño la voz será aguda y la porstura erguida pero bajita.